Trabajadores de la alcaldía de Caracas culminaron curso de jardinería tropical

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** Durante cuatro meses los trabajadores desarrollaron cultivos de plantas ornamentales, medicinales y alimenticias

FREDDY MARTINEZ/Inces Sede

Un grupo de trabajadores de la alcaldía de Caracas fueron certificados en el oficio de Jardineros Productivos luego de haber culminado el curso de jardinería ornamental, botánica y producción de alimentos en pequeños huertos, curso realizado en el jardín del Palacio Municipal de Caracas, una edificación emblemática de la ciudad erigida durante el mandato del presidente Cipriano Castro en 1906.

En la actividad de certificación estuvo presente Wuikelman Angel, presidente del Inces; Alejandrina Reyes, rectora de Unearte; Anabel Díaz Aché, directora de Asuntos Sociopolíticos de la alcaldía de Caracas; Mario Torres, maestro técnico en el área agrícola y el productor Rubén Laya, también dedicado a labores formativas en el área agrícola.

Ana Rangel, trabajadora de la alcaldía de Caracas fue la encargada de explicar en un recorrido por los jardines del palacio, la manera  cómo están distribuidas las plantas así como las bondades y propiedades de las medicinales. Rangel clasificó los espacios del jardín en: ornamentales, alimenticios y medicinales.

Wuikelman Angel señaló a propósito de la exposición de la trabajadora Ana Rangel, que los participantes aprovecharon de buena manera la formación para desarrollar huertos tropicales y esto de debe también a la labor formativa de los maestros técnicos del Inces, “es también una formación para el espíritu y estos son los resultados del trabajo de los buenos maestros”.

El presidente del Inces asumió el compromiso de replicar esta experiencia formativa de los huertos tropicales para los propios trabajadores de la institución: “nos vamos con el reto de multiplicar un huerto con plantas medicinales y ornamentales en el Inces”, aseguró Angel.

Por su parte la rectora de Unearte señaló que esta formación es la concreción de una idea que consistió en convertir los espacios institucionales en lugares productivos (jardines y terrazas), una producción en pequeña escala para el cultivo de plantas medicinales, práctica ancestral que se ha ido perdiendo gracias a la industrialización de los saberes, anteriormente innatos en nuestros abuelos que podían curar una gripe con una planta de jardín.

En ese sentido, Anabel Díaz Aché agregó que disponer de este tipo de plantas medicinales es una manera para no depender tanto de las medicinas de farmacias, pues con el llantén, por ejemplo, podemos aliviar dolores de estómago o controlar la bronquitis, aparte de otras funciones curativas que cumple esta pequeña planta que puede estar sembrada en un balcón de apartamento.

“Los trabajadores de la municipalidad se han capacitado en el uso de plantas medicinales y alimenticias para que otros entes de la alcaldía e igualmente para nuestros hogares desarrollen este tipo de huertos, porque un pueblo que cultiva sus semillas garantiza soberanía alimentaria”, dijo Díaz Aché.

Durante el recorrido los trabajadores, entre ellos, Ana Rangel, Lisbeth Pinto y Felipe Castañeda, mostraron plantas de llantén, citronela o malojillo, toronjil, acetaminofén, pira, amaranto, orégano, verdolaga, auyama, café, tulipán, calas, anís estrellado, menta, sábila, orquídea, claveles, entre otras.